Los problemas auditivos más comunes y como solucionarlos
La audición es un sentido extremadamente sensible, sobre el que no tenemos mucho control, ya que solo podemos alejarnos o acercarnos a la fuente sonora o limitar el tiempo que estamos expuestos a ella.
La audición alcanza su punto álgido alrededor de los 20 años y a partir de dicho momento empieza a deteriorarse.
Este deterioro se puede producir bien por causas naturales, que suelen ser genéticas, o por causas inducidas que generalmente son debidas a una mala higiene auditiva, ya sea por exponer nuestro oído a volúmenes muy altos o a volumenes moderados durante mucho tiempo. Para ilustrar esto, digamos que es igual de dañino para el oído estar 1 minuto a 100dB que 1 hora a 30dB (estos datos son ilustrativos, no son reales).
El tipo de sonido a que estamos expuestos también es determinante. Es mucho mejor un sonido modulado y variable como la música o la voz, que un tipo de sonido constante y uniforme, como el que produce un calderero al golpear el metal o un pitido constante.
La audición también se puede deteriorar por enfermedades imprevistas, como son infecciones en el oído o perforaciones en el tímpano por restos de infección o la introducción de algún objeto externo en el canal auditivo. Los virus también son dañinos, o las diferencias de presión súbitas (submarinistas), alimentos o medicinas ototóxicas que nos van destruyendo el oído por dentro (estreptomicina, quimioterapia), o incluso síndromes como el de Menière, asociado además a vértigos muy intensos.
Fecha: 30/11/2018
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