Al primer síntoma, debemos acudir al médico ya que algunos de los problemas que se presentan tienen mejor solución si se tratan dentro de las 48 horas siguientes a haberse presentado, algunos incluso antes. Los audioprotesistas empezamos a trabajar cuando una de estas situaciones no es reversible, resultando en un daño de audición permanente.

Cuando un daño auditivo se ha producido, estadísticamente las personas tardan una media de siete años en venir a visitarnos para que les ayudemos. Esto es una auténtica barbaridad, ya que cuanto más se tarda en buscar una solución mayor es el daño que se inflige, ya que se va perdiendo la costumbre de oír y se deriva en otros problemas como aislamiento, molestias a nuestro entorno familiar y social, alteraciones en la atención y en casos extremos deterioro cognitivo, además de ser mucho más difícil de solucionar al ser una pérdida tan antigua.

La mejor opción es solucionar el problema en el momento en que somos conscientes que lo tenemos, venciendo los miedos y los recelos que provoca el enfrentarnos a una situación que desconocemos. En nuestro centro, precisamente por ese motivo, dejamos probar cualquier solución auditiva antes de que se tome una decisión de compra, sin ningún compromiso ni gasto de prueba. Es nuestra manera de demostrar que podemos solucionar su problema de una forma mucho más eficaz y discreta que lo que se pueda pensar antes de conocer nuestra tecnología, derribando las objeciones iniciales y propiciando una mejor calidad de vida exenta de complicaciones derivadas de estar sumido conscientemente en una pérdida de audición permanente.