La higiene y limpieza de las prótesis auditivas es una parte tan importante de su funcionamiento como la calidad de sus componentes internos y de su programación. Una mala higiene de unos audífonos los hace más proclives a las averías y por lo tanto a pasar más periodos de tiempo sin que se escuche correctamente. Así mismo se acorta notablemente la vida de los audífonos, y en general se penaliza cualquier aspecto de la calidad de audición que los aparatos pueden ofrecer.

Cada persona es muy diferente y tiene costumbres distintas cuando se trata de cuidar sus audífonos.

Hay personas que sudan mucho con un sudor poco agresivo o gente que suda muy poquito pero su sudor es muy ácido. Los hay que trabajan en ambientes agresivos o con un alto porcentaje de humedad ambiental personas que por ejemplo viven en la playa o en zonas muy húmedas. De la misma forma que existen personas con un alto riesgo de averías en los audífonos por su utilización, sin que signifique ninguna falta de cuidado por su parte, existen otro grupo con un estilo de vida menos agresivo, que teóricamente deberían poder tener una vida útil de sus audífonos mucho más libre de problemas que los primeros.

Todos los factores anteriormente nombrados son factores inevitables por parte del usuario, pero hay otros factores que son directamente achacables al manejo que cada uno hace de sus prótesis auditivas, que tienen también una influencia importante en la calidad de funcionamiento de los aparatos. Un ejemplo típico en el caso de las señoras es ponerse laca con ellos puestos, por citar algún comportamiento aparentemente inocuo pero dañino para el audífono.

Los factores inevitables e inherentes al uso del audífono como el sudor o la humedad de nuestra ciudad de residencia, nos hacen tener que emplear medios con mayor frecuencia para paliar estas características de nuestro entorno. Dichos medios se materializan en distintos dispositivos, como por ejemplo fundas para evitar que el sudor se acumule en el interior de los audífonos, productos químicos desecantes que extraen la humedad del interior de los audífonos, o pequeñas mantas eléctricas que evaporan en el sudor que durante todo el día se deposita en nuestras valiosas prótesis auditivas.

El correcto uso y aplicación de estas tecnologías para el mantenimiento y cuidado de nuestras prótesis, nos alargará mucho la vida de nuestros dispositivos y además aumentará la satisfacción de la experiencia de uso que tengamos con ellos.

Por otro lado, los factores de manejo del audífono son fácilmente corregibles simplemente cambiando de hábitos, o preguntándole al audioprotesista si determinado comportamiento con la prótesis es apropiado no, para su uso seguro. Si bien no podemos estar con usted las 24 horas del día para evaluar si el manejo de la prótesis es adecuado, sí que le podemos proporcionar unas directrices generales que se lo haga más fácil. En general con una prótesis auditiva no hay que tener mayor cuidado que con un teléfono móvil o una cámara fotográfica. Cualquier cosa que dañe estos últimos dañará también el audífono.

Es por lo tanto razonable pensar que no es correcto dejar los audífonos, por ejemplo, en el salpicadero de un coche aparcado al sol en verano, dónde se alcanzan temperaturas cercanas a los 60 grados. No es bueno bañarse con ellos ni golpearlos en ningún modo ya sea practicando deportes o dejando que se caigan desde cierta altura. Una caída simplemente desde una mesa, puede dañar alguno de los delicados componentes internos de los que se compone la prótesis auditiva.

Nuestros audioprotesistas estarán encantados de aleccionarle acerca de cuál es el mejor uso que deben hacer de sus audífonos para alargarle la vida el mayor tiempo posible y que tenga una experiencia de uso sin incidentes durante toda la vida activa de los mismos.